Pequeña gran diversidad


El  ciervo volante Lucanus Cervus es uno de los mayores coleópteros de la Península Ibérica. La larva de este escarabajo pasa hasta cinco años dentro del tronco de los robles y encinas alimentándose hasta que finalmente emerge como adulto, cuya longevidad será de un mes aproximadamente. En la época reproductora los machos se agrupan en torno a la hembra y compiten por ella enfrentándose entre si en heroicas luchas con sus grandes mandíbulas hasta que un solo macho expulsa a todos los demás.

Ciervo volante Lucanus cervus.

En la zona del Alto Carrión existe un endemismo cuya área de distribución se restringe a la Montaña Palentina y sus zonas limítrofes de León y Burgos. Dicho endemismo es el Iberodorcadion albicans, un escarabajo cuyo hábitat se restringe a los enebrales y sabinares rastreros de montaña y a las praderas de montaña.

Iberodorcadion albicans.

Otro coleóptero que es frecuente en estas mismas zonas son las cicindelas. Se tratan de coleópteros depredadores que corren a gran velocidad y realizan frecuentes vuelos cortos en los que atrapan a sus presas con sus afiladas mandíbulas.

 Cicindela maroccana.

Durante la primavera y el verano los campos de todos los lugares se llenan de flores con sus llamativos colores y agradables olores. Esto no sería posible en gran medida sin la intervención de los insectos polinizadores. Existe una gran variedad de plantas que se han adaptado a la polinización por parte de los insectos, llamada polinización entomófila. Por su parte también existe una gran variedad de insectos que se alimentan del polen y del néctar de las flores y ayudan en la polinización, como por ejemplo algunos Himenópteros como las abejas y los abejorros.

Abejorro hembra Bombus hortorum, y flor Genista scorpius.

Pequeña abeja sobre flor de Halimium umbellatum.

También las mariposas contribuyen a esta polinización alimentándose del néctar de algunas flores. Las mariposas diurnas adquieren bellos colores, muy similares a las flores que visitan, mientras que las mariposas nocturnas suelen tener colores menos llamativos con los que camuflarse entre la vegetación durante el día y pasar desapercibidos de los depredadores.

Mariposa ícaro Polyommatus icarus.

Noctuido Autographa gamma, camuflándose entre las hojas de una salvia Salvia verbenaca.

Junto a los ríos y arroyos existe una gran explosión de insectos en cuanto llega el calor, ya que muchos de estos insectos ponen sus puestas en el agua o en la vegetación cercana al agua, como por ejemplo los caballitos del diablo.

Caballito del diablo Coenagrion mercuriale.

También emergen los efemerópteros que tras pasar un periodo en el agua como ninfas acuáticas, realizan la metamorfosis y de esta sale un subimago que se coloca  normalmente sobre una piedra del río y vuelve a mudar, emergiendo un imago volador, normalmente al atardecer, los cuales son una presa habitual de la trucha común.

Efemeróptero Ephemera danica.

Estas zonas cercanas a los ríos son lugares en que otros insectos como los Asilidos o moscas depredadoras acechan a sus presas y las capturan rápidamente con un vuelo de gran agilidad.

Mosca depredadora Dysmachus sp. con su presa.

En estas zonas cercanas a los arroyos  y zonas muy húmedas excava sus galerías con  sus patas delanteras adaptadas para excavar el grillotopo. Este insecto emite un sonido extraordinariamente fuerte y agudo desde principios de la primavera desde su galería que normalmente esta ubicada bajo una piedra de un buen tamaño; la cual le sirve para amplificar su sonido. Se trata de un grillo de hábitos nocturnos, el cual es uno de los pocos insectos que cuida su puesta en un nido que excava bajo tierra.


Grillotopo Grillotalpa grillotalpa.





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