La fauna y la nieve

Durante el invierno toda la fauna experimenta cambios en su comportamiento para adaptarse a las condiciones climáticas, en especial cuando la nieve cubre de blanco todo el paisaje y es en esta época cuando más escasea el alimento.

Pico Espigüete 2450 m

Las aves, como los jilgueros y pinzones encuentran su alimento buscando entre los cardos secos semillas; o también aprovechan los escasos frutos rojos que aun quedan como los del serbal de los cazadores o el acebo.

 Pinzón vulgar Fringilla coelebs

 
 Jilguero Carduelis carduelis, comiendo semillas de los cardos

Los herbívoros como los ciervos se desplazan hacia las zonas más bajas, allí donde el espesor de la capa de nieve es menor y pueden conseguir comer algo de hierba. Durante esta época muchos ciervos no pueden resistir las duras condiciones ambientales y mueren. Esto es aprovechado por todos los demás animales carnívoros que se alimentan de la carroña.

Dos machos de ciervo Cervus elaphus en medio de una nevada

Además de esto la nieve dificulta el desplazamiento a los ciervos y corzos que cuando caen grandes nevadas su desplazamiento se hace menos ágil de lo habitual. Esto unido al agotamiento por falta de alimento lo saben aprovechar muy bien sus depredadores como es el caso del lobo que aprovecha esta circunstancia para atacar en grupo a los ciervos. Por otro lado la estrategia de los ciervos para ser menos vulnerables a los depredadores se agrupan en grandes manadas.

Huellas en la nieve de lobo (izquierda) y ciervo (derecha)

Otros carnívoros como el gato montés buscan en el bosque nevado alguna presa que lo sirva de alimento. Es un animal solitario, tímido, crepuscular  y nocturno, aun cuando se vuelve de hábitos más diurnos en invierno.

Gato montés Felis silvestris

Otros mamíferos como el oso pardo después de haber engordado durante el otoño y parte del invierno se retiran hacia sus oseras, normalmente situadas en las oquedades de los farallones de cuarcitas, para hibernar hasta que las condiciones climáticas sean mas favorables, aunque las osas que tienen crías no suelen pasar por este sueño invernal, manteniéndose activas durante todo el año.

Huella de oso pardo cantábrico Ursus arctos

También otros mamíferos como son los murciélagos pasan el invierno, época en la que los insectos de los que se alimentan son muy escasos; adentrándose en lo más profundo de las cuevas, guiándose por ultrasonidos. Es en estos lugares donde están a salvo de todos sus depredadores y reducen su actividad metabólica para entrar en un estado de torpor invernal.

Murciélago grande de herradurra Rhinolophus ferrumequinum en torpor en el interior de una cueva

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